jueves, 21 de abril de 2011

La santeria se une contra el narco por Ulises Ramírez

A muchos policías de Tijuana no les basta tener chalecos antibalas y fusiles de alto poder para combatir y protegerse del narco. Por ello han decidido echar mano de herramientas poco ortodoxas: en las playas tijuanenses realizan rituales de santería afroantillana y se ponen tatuajes que —aseguran— los protegen del poder del crimen organizado.

El oficial Elías Gutiérrez, miembro de los cuerpos de élite de la policía tijuanense, narra a MILENIO Televisión y MILENIO Diario que incluso sus tatuajes y los ritos que practica le han salvado la vida: dice que una vez se libró de ser decapitado:

“Me iba a ir con unos compañeros con los que normalmente hacía patrullajes en un autobús que solía llevarnos, pero esa noche, en vez de irme con ellos, me fui a tomar unas cervezas con otras personas. A mis compañeros los levantaron. No lo supe hasta la mañana siguiente, pero de alguna manera lo sabía: en la noche soñé con tres cuerpos decapitados. En la mañana me informaron que sí, que les habían cortado la cabeza. Entonces esta protección hace que no estés en el lugar que no debes estar, te cuida y te salva.”

Otro integrante de los grupos de élite que no quiere ser grabado narra que en un tiroteo mataron a sus compañeros, pero él esquivó las balas. “Ellos no tenían tatuajes y yo sí, eso fue lo que me libró”, jura.

Usualmente los ritos que efectúan los policías se llevan a cabo en las playas de Tijuana en las noches de luna llena. El fenómeno fue descubierto por trabajadores de limpieza del municipio que hallaban cada mes cuerpos de pollos desechos. La sangre de las aves es utilizada por los agentes para embadurnarse el cuerpo.

El oficial Gutiérrez explica cómo llegó a la decisión de tatuarse y participar en tales rituales: “Nosotros nos dimos cuenta de que los narcos andaban por aquí y por allá, y que no les pasaba nada. Era por sus ritos narcosatánicos y de culto a la Santa Muerte.

“Entonces, algunos decidimos hacer santería y otros ponerse tatuajes de protección. Me dice mi santera que los ritos y los tatuajes te estimulan como un angelito que te pica en el pie para que reacciones y te quites del lugar de peligro, por ejemplo, para que te agaches en un momento que va a pasar una bala.”

Entrevistado en un pequeño búnker desde donde observa algunas calles céntricas, el policía de élite, quien fue militar cuatro años, asegura que estos instrumentos le dan una especie de sexto sentido para combatir la delincuencia:

“Vas por la calle y sientes quién anda mal. Dices: ‘Este que va ahí’, y ¡bingo! Lo agarras. ‘Esos que andan por allá’ y… ¡bingo! Es como un sexto sentido. Por eso hemos decomisado droga, capturado sicarios y las cosas se nos han ido dando bien…

En tiempos de guerra contra el narco, hasta tatuajes y ritos santeros para salvarse…

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